Ella estaba recostada en su cama, leyendo un libro. Hacía un poco de frío, y tenía las sábanas hasta el cuello. Se escuchó un toque en la puerta de su cuarto.
-Pásale- dijo.
Entró él, su eterno buen amigo, compañero de casa.
-Cómo sigues?- le preguntó.
-Ya mejor, gracias- Respondió ella, colocando un pedazo de papel doblado entre las hojas del libro, marcando la hoja en que iba su lectura.
Él se se recostó en la cama a un lado de ella, la volteó a ver y le dijo:
-Qué lees?-,
-este libro.. me lo dejaron de tarea, pero está padre-.
Él lo tomó y lo observó por unos segundos. Sin decir nada, lo puso en la mesita de noche.
-yo estaba leyendo eso..- Dijo ella, sin inmutarse. -Ajá- Respondió él.
Se quedaron callados unos cuantos segundos, viendo el techo. Después él dijo:
-Recuerdas cuando éramos chicos? cuando éramos tristes?
-Sí.. éramos tan felices..
-Lo sé.. la tristeza nos invadía.
-Yo no le diría tristeza.. más bien... nostalgia.. cuando ves la nostalgia de la vida, ves lo hermosa que es, lo incompleta que está, la belleza que te ofrece a diario y las injusticias que te dejan ese sabor de impotencia colectiva.. esa nostalgia te muestra lo maravillosa que es la vida.
-Sí.. nos hipnotizaba la belleza de sus cosas, éramos tan felices. Nada nos importaba..- Respondió él, con una leve sonrisa en su rostro, aún viendo al techo.
-Sí, nada.. sólo las injusticias sociales, la guerra, los problemas del mundo..
-Ja! qué nos pasó?- dijo él, y la volteó a ver. Ella continuó viendo al techo y contestó:
-No lo sé.. crecimos.. las cosas nos empezaron a importar.. nos empezaron a pasar a nosotros.. y nadie nunca nos dijo qué pasaba, qué hacer. Nadie nunca nos dijo nada.
Se quedaron callados unos segundos, recordando lo amargo de su aprendizaje y madurez a lo largo de los años.
Luego, él comentó:
-Deberíamos sacar nuestras bicis o nuestras patinetas otra vez, un día de estos.. deberíamos ir por una nieve, recostarnos a ver las nubes.. ver el atardecer..
Ella asintió con la cabeza y agregó:
-Me gustaría tomarte fotos al atardecer.. y en tu patineta..
-Sí.. hace frío y tengo hueva, me quedaré a dormir aquí contigo, ten tu libro.- le dijo él entregándole el libro a ella y dándole un beso en el cachete. -Buenas noches.
-Buenas noches.
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