viernes, 26 de noviembre de 2010

En el México del siglo XXI

Pareciera que vivimos en el país del 'no pasa nada'. Más bien, vivimos en un país en el que en realidad pasa de todo y nadie hace nada por evitarlo. En el país en el que todo lo que pasa nos parece lo más normal del mundo. Por un lado, parece que vivimos en un país en guerra, sin esperanzas, sin futuro, sin calidad de vida. Pero siendo mexicanos, no todo puede estar tan mal. Siendo mexicanos, tenemos esa pizca de humor negro, sarcasmo, ironía o como queramos llamarlo, que nos hace reírnos de las desgracias que nos pasan.

De igual manera, siendo mexicanos, sabemos que no todos somos esa imagen estereotipada de políticos o de narcotraficantes que el resto del mundo tiene de nosotros. Nosotros los mexicanos somos más que una 'fusca' bañada en oro, y que unas elecciones turbias. Somos más que la inseguridad y la corrupción que rigen al país.

Yo me siento orgullosa de ser mexicana, pues sé que cuando nos lo proponemos, podemos. Cuando algo en verdad atenta contra nuestra soberanía o nuestra seguridad, nos levantamos en armas, nos organizamos y logramos exigir lo que nos merecemos, logramos exigir nuestros derechos como mexicanos.

La diferencia de esos tiempos de revolución, de independencia, en que los mexicanos demostramos el poder del trabajo en equipo, con los tiempos actuales, es que en esas ocasiones, el pueblo se sentía oprimido por aquellos en el poder, por los líderes políticos que manejaban nuestro país. Surgieron líderes entre nosotros que se oponían determinantemente al sistema, y lograron vencerlo. 
Hoy en día, también contamos con una sociedad molesta con sus gobernantes y desilusionada de ellos; pero también contamos con una ciudad temerosa, sin organización y con mucha preocupación pues ya no sabe en quién confiar. Ahora tenemos una guerra que no es protagonizada por el gobierno y el pueblo, si no por el gobierno y los narcotraficantes, con el pueblo como suelo de batalla. La sociedad civil en general no sabe qué hacer, se encuentra acorralada, pues por un lado tenemos a los narcotraficantes adueñándose de nuestros jóvenes y niños, de nuestros espacios públicos, de nuestra seguridad y de nuestra soberanía; mientras que por otro lado tenemos al gobierno, estático en el poder, usando todo el dinero que recauda de la ciudadanía para cualquier cosa menos lo que la ciudadanía necesita. Un gobierno que no está protegiendo a su pueblo. Un gobierno que probablemente esté aliado con su propio enemigo, el narcotráfico.

Hoy por hoy, pensar en organizarnos para levantarnos en armas es algo poco factible, puesto que no contamos con los medios suficientes para armarnos a la par que nuestros dobles enemigos. Lo único que podemos hacer, como mexicanos guerrilleros, es mantenernos informados y unidos, luchar con el conocimiento a la inseguridad y a los problemas de este país. Luchar con la cultura contra los malos líderes de ambos grupos que nos agobian. Mantener la resistencia de una manera inteligente, con educación.
Es tomar justicia con nuestra propia mano, pero una justicia limpia, no violenta. Una justicia digna de esta era, la era del conocimiento.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Una revolución de todos, para todos. Una revolución cultural.

El pasado viernes 19 de Noviembre, varios alumnos de la carrera de Ciencias de la Comunicación en el Tecnológico de Monterrey campus Guadalajara (la universidad a la que yo asisto, y la carrera que yo curso), realizaron una especie de happening ó flash mob, en el que buscaban crear algo de conciencia con respecto a las celebraciones del Centenario de la Revolución Mexicana.

Previamente, este mismo grupo de alumnos, había intentado realizar ciertos actos de concientización con respecto al Bicentenario de la Independencia de nuestro país, también dentro de las instalaciones del campus, pero éste primer happening no se pudo llevar a cabo en su totalidad, por falta de permisos que la universidad no otorgó.
Esta vez, sin embargo, los encargados de la organización de este acto se aseguraron de tener todos los permisos necesarios, y de tener a una buena cantidad de alumnos informados al respecto.

Las acciones que llevaron a cabo consistían en dos fases. Primero, el jueves 18 y parte del viernes 19, se tuvo una especie de 'cabina de video' en la que se pedía a los alumnos pasar a dar su opinión con respecto a la Revolución Mexicana: ¿Qué opinas de la Revolución? ¿Te consideras parte de ella? ¿La consideras útil? ¿Celebras la Revolución? ¿Cómo la celebras? ¿Se ha terminado? ¿Generó alguna mejora en el país?, entre muchas otras. A cada alumno se le entregaba un papelito en el que se leían estas y más preguntas, para generar reflexión en los participantes.
Posteriormente, pasaban a la 'cabina de video' de uno por uno a explicar brevemente su postura con respecto a la Revolución.
Más tarde, como a eso de la 1 de la tarde del viernes, se procedió a realizar un happening en el que se escenificó una situación de violencia. Algunos alumnos se colocaron  sentados en medio de una de las áreas comunes de la universidad. Otros más, personificando a criminales armados, llegaron a agredir a los que estaban sentados. Después, entre todos, se leyeron unas alarmantes estadísticas que reflejan la situación de México hoy en día. Cifras con respecto a los migrantes, las muertes, la violencia y la inseguridad en el país.

La propuesta que se ejemplificó en dicho happenning, fue la propuesta de una nueva revolución, en la que participaran todos los mexicanos y que fuera de beneficio para todos por igual. Una revolución cultural, en la que la principal arma sean las ideas y el conocimiento.

 Los organizadores del evento, vestidos como revolucionarios, se encuentran frente a la 'cabina de video'.


  Rafa, uno de los organizadores, entregando los papelitos con las preguntas para reflexionar.




 Estudiantes del Tec de Monterrey desde el jueves estuvieron pasando a plasmar su opinión sobre la Revolución.


Al día siguiente, cerca de la 'cabina de video' se colocaron varios mensajes como este.


 La respuesta al evento por parte de los alumnos, creció considerablemente para el viernes.


Los participantes del happening, reunidos.



 Algunos de los mensajes que portaban los alumnos a manera de protesta.

 Comienza el happening.








Los alumnos 'víctimas de la violencia' utilizaban periódicos a manera de escudos como metáfora, ejemplificando el utilizar la cultura como arma principal en la defensa de nuestros derechos.




Al final, los 'atacantes' son vencidos con el poder del conocimiento, y se procedió a leer algunos datos duros con una pequeña reflexión sobre la situación actual del país.

La Revolución Mexicana

La Revolución Mexicana surge como un movimiento por parte del pueblo en contra del gobierno; surge como una fuerte manifestación en contra de lo establecido, oprimidos se rebelaron en contra de sus opresores. Fue un levantamiento que buscaba terminar con las injusticias y desigualdades generadas por parte de las autoridades.
México hace exactamente 100 años, decidió levantarse en armas y luchar por lo que creía correcto. Un pueblo entero se unió en contra de la minoría en el poder, buscando un México mejor.

Hoy en día, tantas décadas y celebraciones después, surgen varias preguntas: ¿En verdad estamos en un México mejor? ¿En verdad tenemos todo por lo que nuestros antecesores lucharon hace cien años? ¿En verdad somos libres, iguales y justos?

Yo no sabría qué responder, honestamente. Por un lado, se supone que tenemos un país con igualdad de oportunidades, con democracia y libertad de elección. Con una libertad que probablemente, nuestros compatriotas hace 100 años sólo podían imaginar. 
Pero por otro lado, contamos con un sinfín de problemas más, que a mi parecer, existen desde antes de 1910. Falta de educación, falta de seguridad, falta de empleos, falta de solvencia económica, entre muchos otros.
Entonces, me pregunto. ¿Qué ganamos con la guerra civil que vivimos hace 100 años? ¿Qué ganamos con la guerra de Independencia hace 200 años?
No puede uno ser pesimista y suponer que no sirvió de nada la lucha de nuestros antepasados, pues sí hicieron mucho por nosotros. Sí tenemos mucho qué celebrar, pero el problema, creo yo, reside en el hecho de que tenemos esa falsa idea de que ya todo está hecho, que no hay nada más que podamos hacer. Creemos que la guerra de hace 100 años nos dio sólo lo que nos merecíamos, y que la manera en que el país está ahora, es la manera en que debería estar.
Estamos en el país en el que 'no pasa nada', en el que las cosas 'son como son, y nimodo', y es justo eso lo que nos impide mejorar, lo que no nos permite progresar como nación.
Somos una generación de mexicanos inconformes con su sistema. La juventud en específico ya no confiamos en aquellos en el poder. Conocemos el pasado histórico de nuestro México, nos inquieta y nos duele, pero no hacemos nada al respecto. Somos unos maestros a la hora de enumerar los errores de todos y cada uno de nuestros líderes políticos, pero nos cuesta mucho trabajo el proponer soluciones para alguno de estos problemas.

Hemos llegado a una desesperanza tal, que nos convierte de cierta manera indiferentes. Creemos firmemente en el hecho de que la política en México está totalmente corrompida,  que aquellos en el poder sólo velan por los intereses de unos pocos, y que la situación está  en tan malas condiciones, que ya no tiene caso hacer nada por mejorarla y, por lo tanto, no hacemos absolutamente nada por solucionarlo. Estamos convencidos de que es una causa perdida y preferimos mantenernos alejados del problema, en vez de buscarle un final. Preferimos no votar, a exigir mejores candidatos para que nos representen.

Nosotros los jóvenes tenemos ahora la gran responsabilidad de observar más detalladamente a nuestro país y de identificar los problemas que lo llenan. Nos toca a nosotros, el futuro de éste país, luchar por una verdadera igualdad de oportunidades y por una verdadera democracia. Es nuestro turno de exigir lo que el gobierno -nuestro protector- nos debería haber dado desde hace 200 años, cuando todos los mexicanos se unieron para conformar su propia nación libre.

Sin embargo, sólo algunos pocos son los que se levantan de sus asientos, los que toman la palabra y toman acción con respecto a todas estas cuestiones. Son sólo unos pocos los que salen a la calle a exigir un México mejor, un México sin violencia, con seguridad. Un México libre, justo e igualitario donde no dé miedo salir a la calle, donde se promueva la participación activa de todos los ciudadanos. Un México donde se promueva el respeto, la igualdad y la justicia. Un México donde sí haya paz.

Nosotros como mexicanos y, en específico, nosotros como jóvenes en proceso de ser el futuro político  y económico de este país, tenemos que caer en cuenta de todo lo que pasa a nuestro alrededor, y debemos encontrar soluciones a la gran cantidad de problemas que nos rodean. Tenemos que comprender que lo que nuestros antepasados lograron hace 100 años, no representa más que el inicio de un gran camino que aún nos queda por recorrer como nación. Debemos comprender el hecho de que ahora nos toca a nosotros el llevar las riendas de ese progreso, para no frenarlo y mantenerlo mejorando. Debemos comprometernos con nuestra nación y aceptar la enorme responsabilidad que conlleva el ser mexicano en estos tiempos. La revolución aún no se ha terminado, y es nuestro deber como jóvenes progresistas, el mantenerla viva.