jueves, 25 de junio de 2009

Verano.

Ahí iba ella. Tranquilamente caminando por la calle. Aún no había salido el sol, pero ya no estaba oscuro. Se le habían acabado los cigarros.
No había podido dormir ni un minuto y ahora se le veía caminando por la desolada calle. Con sus tenis grandes, negros. Sus pantalones rectos de color oscuro, y, dándole un poco de viveza, una camisa a cuadros azul debajo de un swéter rosa. Iba sin pensarlo, sólo caminaba. Sentía el frío en sus pies, en su cara y en sus manos, pero no le molestaba en lo absoluto. A ella le agradaba el frío. Se imaginó por un momento, sentada en la banqueta, disfrutando de un delicioso cigarro, mientras veía a su cuadra levantarse y empezar el día.. disfrutando del frío.
Pero el hambre siempre la ha dominado. Mucho más que el cigarro e incluso que el sueño. Primero tendría que comer algo, después ya se verá si sale a fumar a la calle.

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